SENSACIONES
Querido diario:
No sé como contarte el fin de semana de estrés que llevo con esto del curso online.
Ayer fue un día intensivo y de nervios desatados. No sé ni una palabra de inglés y me tocó usar un programa que, como no, estaba en inglés.
Ni tutorial, ni nada de nada. No salía y, cuando descubro que es una tontería, me termina de dar el bajón.
Está claro, si naciste en los 60 y nunca te han llamado la atención los chismes tecnológicos, preparate para trepar a cuatro patas por las laderas del Teide; osea, a sudar la gota gorda.
Estas dificultades no me han dejado disfrutar del aprendizaje. Gran parte de la información incluida en el bloque 1 la tenía en mi cabeza en piezas sueltas. Por fin el puzzle tiene algo de forma y me ilusiona más. Pero tengo claro que me queda por delante toda una maratón.
Preparar las clases, ir al médico (que ya tengo edad de visitas reiteradas), reuniones a horas de siesta y cualquier otra cosa que esta profesión lleva consigo, hace que mi horario entre semana, para el curso, sea escaso. Y por eso aquí estoy, sábado y domingo dedicado a aprender.
No es mal plan pero, o consigo organizar mejor mis tiempos o moriré en el intento.
Si ese era el plan de los organizadores (exterminar profes torpes), lo tienen claro conmigo; soy muy cabezota y voy a por todas.
Espero que en mi próxima entrada pueda contar que las cosas van cambiando y el entrenamiento diario mejora mi visión de las cosas.
Y lo cierto es que es una pena porque me parece que sin tantas torpezas personales el curso pinta muy bien y puede ser la respuesta a mis dudas y un buen faro a seguir.
Seguiré contándote cosas.
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